Colesteatoma
La secreción fluye desde la oreja.
La audición puede mejorarse con los modernos implantes auditivos de titanio.
Si hay una secreción maloliente del oído, la causa puede ser un colesteatoma. Un colesteatoma es una adherencia en el oído medio o detrás del tímpano, que está causada por la proliferación de un tejido especial (epitelio escamoso) en el oído medio, que no debería estar en el oído medio en circunstancias normales. Este tejido provoca una inflamación crónica y puede atacar al hueso, por lo que el colesteatoma también se conoce como supuración ósea crónica. El crecimiento en forma de piel de cebolla del colesteatoma es típico. Si el colesteatoma crece durante un tiempo prolongado, puede agrandarse y destruir los huesecillos circundantes del oído medio y también la cadena osicular. Una mayor progresión puede provocar pérdida de audición, mareos y, en casos raros, parálisis de los músculos faciales. El colesteatoma suele caracterizarse por secreción del oído. Estas quejas deberían incitarle a hacerse examinar. ¿Cuál es la causa de un colesteatoma? Un colesteatoma suele estar causado por una inflamación del oído medio o un mal funcionamiento de la trompa de Eustaquio. El resultado suele ser una presión negativa en el oído medio. Puede producirse una retracción timpánica.
Normalmente, la trompa de Eustaquio conduce el aire desde la parte posterior de la nariz hasta el oído medio. Regula la presión normal en el oído medio. Una reacción alérgica, un resfriado, un labio leporino y paladar hendido, después de una radioterapia o una sinusitis pueden alterar el funcionamiento normal de la trompa de Eustaquio. Puede formarse un vacío en el oído medio. El vacío creado aspira partes del tímpano debilitadas por la inflamación. Esto puede ser el precursor de un colesteatoma. Muy raramente, también hay colesteatomas congénitos. Sin embargo, la causa más frecuente de colesteatomas son las infecciones de oído.
¿Es peligroso un colesteatoma?
Si el colesteatoma no se elimina de forma sistemática, pueden producirse cambios peligrosos. La cadena osicular suele estar destruida por el colesteatoma. Por lo tanto, nunca debe ignorarse una secreción maloliente del conducto auditivo externo. Esto se debe a que los colesteatomas pueden extenderse a los órganos circundantes, como el oído interno, el órgano vestibular o el cerebro, durante un periodo de tiempo más largo. Si no se trata, puede provocar problemas de salud irreparables, como sordera, daños en el nervio facial, meningitis o un absceso cerebral. Los cuadros clínicos más graves de los colesteatomas no tratados son poco frecuentes, pero en otros países aún pueden provocar la muerte.
El tratamiento
Un otorrinolaringólogo puede diagnosticar un colesteatoma mediante microscopia del oído. En primer lugar, hay que limpiar cuidadosamente la oreja. Es necesario realizar pruebas de audición y mareos, y una radiografía puede ser útil para evaluar el daño causado por el colesteatoma antes de la intervención quirúrgica. El tratamiento correcto de elección es la cirugía microscópica del oído, ya que el objetivo debe ser controlar el colesteatoma lo antes posible para evitar al paciente las consecuencias de un cuadro clínico grave. Las operaciones de oído para mejorar la audición se realizan mediante microcirugía. Con la ayuda de microscopios auriculares de alta resolución, la operación se realiza con una precisión inferior a 1 mm en el oído medio. En la mayoría de los casos, las operaciones se realizan con anestesia. El objetivo principal de la operación es extirpar el colesteatoma y detener la molesta secreción del oído. Si la cadena osicular está afectada, el segundo objetivo es restablecer la función normal de la cadena osicular. Hoy en día, esto puede conseguirse con modernos implantes de titanio. Son especialmente ligeros y se caracterizan por una excelente transmisión del sonido. Esto se debe a que es importante para la transmisión del sonido que un implante sea muy ligero. Una prótesis moderna de titanio, por ejemplo, pesa sólo 4 mg. Puede ser especialmente eficaz para restablecer la función de la cadena osicular.
A menudo puede ser necesario realizar la operación en dos fases. En la primera operación se extirpa el colesteatoma y en la segunda, también conocida como operación de segunda exploración, se comprueba si el colesteatoma se ha eliminado por completo. A veces, la reconstrucción auditiva, es decir, el restablecimiento de la cadena osicular, sólo se lleva a cabo en la segunda intervención. La segunda operación se realiza entre seis y doce meses después de la primera.
Normalmente es posible recibir el alta pocos días después de la operación. En raros casos de inflamación muy grave, puede ser necesaria una hospitalización más prolongada con la medicación adecuada.
¿Qué debo tener en cuenta después de la operación?
Las suturas de la piel de la oreja se retiran entre el quinto y el séptimo día. El taponamiento auricular introducido en el conducto auditivo externo se retira en la consulta tres semanas después de la operación. Esto se hace sin anestesia. Sólo en el caso de niños pequeños se aconseja a veces retirar el taponamiento bajo anestesia. Durante las tres semanas siguientes a la operación, no debe entrar en contacto agua ni jabón con el oído operado. Si se produce una secreción maloliente del oído o mareos, debe informarse al médico. Para garantizar que no se produzcan nuevas inflamaciones, también deben realizarse exámenes de seguimiento en un periodo más largo tras la operación. En los pacientes a los que se ha tenido que extirpar una parte mayor del hueso de la oreja (mastoides) durante la operación, el periodo de examen se prolonga durante varios meses. Sin embargo, en el caso de las operaciones importantes, también es necesario realizar exámenes microscópicos periódicos del oído y limpiar la cavidad a largo plazo.
Resumen
El colesteatoma es una afección grave pero tratable que sólo puede diagnosticar y tratar un médico especializado. Las señales de alarma que pueden indicar un colesteatoma son dolor de oído persistente, secreción maloliente, presión, mareos y pérdida de audición, así como relajación de los músculos faciales.
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