¿Cuál es la importancia de la glándula tiroides?

La glándula tiroides es una de las glándulas endocrinas que producen hormonas para controlar las funciones fisiológicas del organismo.

La glándula tiroides está situada en el centro de la parte inferior del cuello, debajo de la laringe y justo encima de las clavículas. Tiene una estructura bilobulada, formada por un lóbulo derecho y un lóbulo izquierdo y una conexión entre ambos lóbulos, el istmo tiroideo. No siempre se puede palpar una glándula tiroides normal.

La glándula tiroides es una de las glándulas endocrinas que producen hormonas para controlar las funciones fisiológicas del organismo. La glándula tiroides produce hormonas tiroideas, que determinan en qué medida su organismo mantiene sus funciones vitales. Otras glándulas endocrinas son el páncreas, la hipófisis, las glándulas suprarrenales, las glándulas paratiroides, los testículos y los ovarios.

Las enfermedades de la glándula tiroides son muy frecuentes. Las enfermedades más comunes son el hipertiroidismo y el hipotiroidismo. Estas afecciones se denominan hipertiroidismo e hipotiroidismo. A veces, la glándula tiroides puede aumentar de tamaño debido al hipertiroidismo o al hipotiroidismo. El aumento de tamaño de la glándula tiroides suele denominarse “bocio”. En algunos casos, la inflamación de la glándula tiroides (inflamación de Hashimoto) también causa agrandamiento.

¿Qué hago si tengo un tiroides agrandado?

A veces pueden desarrollarse nódulos en la glándula tiroides. En ocasiones, el crecimiento de los nódulos puede ser lento o rápido. Los pacientes que han recibido radioterapia en la cabeza o el cuello son especialmente propensos a desarrollar enfermedad tiroidea. Si los nódulos aumentan de tamaño, suele ser aconsejable extirpar quirúrgicamente la glándula tiroides.

La disfunción tiroidea o un nódulo tiroideo se diagnostican mediante la historia clínica y una exploración. En concreto, el médico le examinará el cuello y le pedirá que levante la barbilla para que la glándula tiroides sobresalga más. Durante la exploración se le pedirá que trague, lo que ayuda a palpar la glándula tiroides y los nódulos que contiene. Si es necesario, su médico puede pedirle más pruebas. Se suele realizar una ecografía del cuello y la glándula tiroides y se inician análisis de sangre para comprobar la función tiroidea. También puede ser necesaria una gammagrafía tiroidea con yodo radiactivo. Su médico también puede considerar necesario un examen con aguja fina de la glándula tiroides, una radiografía de tórax o, en casos poco frecuentes, una tomografía computerizada o una resonancia magnética.

¿Cómo se trata el bocio de tiroides?

Si existe un bocio tiroideo, su médico le sugerirá un plan de tratamiento basado en la exploración y en los resultados de sus pruebas. La mayoría de los nódulos tiroideos son benignos. Suelen tratarse con hormonas tiroideas. Esto se denomina “terapia de supresión”. El objetivo de este tratamiento es reducir el tamaño del bulto, normalmente en un periodo de tres a seis meses. Si el bulto sigue creciendo durante el tratamiento, a pesar de tomar la medicación, la mayoría de los médicos recomiendan extirpar el bulto afectado.

¿Cómo se trata la disfunción tiroidea?

El hipertiroidismo o el hipotiroidismo suelen tratarse con medicación. Si la producción de hormonas tiroideas es insuficiente, este problema puede contrarrestarse con un comprimido diario de hormona tiroidea. El hipertiroidismo suele tratarse con medicación, pero en ocasiones es necesario extirpar quirúrgicamente la glándula tiroides. Si el resultado del aspirado con aguja fina muestra una sospecha de cáncer, la cirugía tiroidea es inevitable.

¿Qué es la cirugía tiroidea?

Si hay bocio, nódulos con signos de hiper o hipofunción o tumores malignos que dificultan la deglución o la respiración, la glándula tiroides suele tratarse quirúrgicamente. La cirugía tiroidea es una operación para extirpar una parte o la totalidad de la glándula tiroides. Si hay un nódulo en la glándula tiroides que no puede clasificarse con seguridad como insospechado, se realiza la operación para que un examen histológico final pueda aportar claridad sobre el nódulo. El procedimiento se lleva a cabo en hospitales y se realiza bajo anestesia. Durante la operación se suele extirpar el lóbulo de la glándula tiroides que contiene el nódulo y, posiblemente, también el istmo. Tras la operación es posible que le coloquen un drenaje, un pequeño tubo de plástico, para evitar la acumulación de líquido en la herida. Se retira en cuanto la acumulación de líquido es baja.

¿Qué es la estimulación nerviosa de los nervios tiroideos?

El nervio tiroideo también se conoce como nervio recurrente. Se encuentra en la superficie posterior, al lado de la glándula tiroides, y suele tener sólo 1 mm de diámetro. Existe el riesgo de lesionar el nervio de las cuerdas vocales durante la operación. Si esto ocurre, los afectados ya no pueden hablar en voz alta y de forma persistente. La literatura describe un riesgo de lesión de uno a dos pacientes por cada cien operados con procedimientos convencionales. Para minimizar el riesgo de lesiones, utilizamos un estimulador nervioso (neuromonitorización) durante la operación. Durante la operación, el nervio de las cuerdas vocales, de aproximadamente un milímetro de grosor, se examina con lupas (aumento 2,5x) y se comprueba su funcionamiento con el estimulador nervioso. Cuando se toca el nervio con una varilla de estimulación, el aparato emite una señal claramente audible. La función del nervio queda entonces intacta y el cirujano puede seguir operando con cuidado. Esto permite al cirujano proteger mejor el nervio de las cuerdas vocales. Este procedimiento reduce considerablemente el riesgo de daños permanentes en el nervio de las cuerdas vocales.

¿Qué complicaciones son habituales?

La mayoría de los pacientes reciben el alta pocos días después de la operación. Las complicaciones tras la cirugía tiroidea son poco frecuentes. Por ejemplo, hemorragias, voz ronca, problemas para tragar, entumecimiento de la piel o la garganta y déficit de calcio. La mayoría de las complicaciones desaparecen al cabo de unas semanas. Los pacientes a los que se les ha extirpado toda la glándula tiroides presentan un mayor riesgo de deficiencia de calcio tras la operación. Algunos pacientes necesitan tomar sustitutos del calcio si sus niveles de calcio son demasiado bajos. Tras la operación, los pacientes suelen tener que tomar medicación tiroidea para reponer las hormonas tiroideas.